martes, 28 de diciembre de 2010

Navidad lejos de casa

Esta Navidad la pase lejos de mi familia, ahora mismo estoy en un periodo de vacaciones antes de volver por el ultimo tramo de la Universidad que empieza el 3 de enero. He tenido la suerte inmensa de pasar un proceso en el que he conocido muchas personas, de diversos entornos. Si bien todos tienen matices diversos, hay algo que he podido ver en todos, la actitud de cada persona hacia la vida. Por ejemplo, regularmente converso con Jaime, mi amigo de 85 años, que me recuerda a mi abuelo. Jaime tiene ceguera, necesita unos lentes inmensos para leer textos, el vive solo en un edificio, aun puede preparar sus alimentos, pero segun el mismo admite, dentro de poco debera ir a vivir a una casa de retiro. Por otro lado conoci a Martha, ella tiene 50 años, fue enfermera, pero hace un tiempo tuvo que dejar su profesion por un accidente producto del cual no puede dormir regularmente. Por otro lado conoci a Arthur, acaba de graduarse de la Universidad, y en enero empieza un nuevo trabajo, con la recesión muchos no pueden encontrar trabajo pese a estar calificados debido a problemas en la economia. La actitud de estas tres personas hacia la vida es diferente y es la que me gustaría compartir con uds hoy día. Jaime es un tipo alegre, vive cada dia con alegria, feliz de haber tenido una vida saludable y en paz con sus semejantes, no oculta sus limitaciones, por el contrario las reconoce, acepta y sobrelleva. Vive la vida en alegria, contando sus bendiciones y siempre en paz consigo mismo y con quienes le ayudan en su vida diaria. Por otro lado Martha no se siente en paz, muchas veces no concilia el que dejo de trabajar y muchas veces rompe en llanto recordando el potencial que pudo alcanzar de no haber tenido el accidente, han pasado varios años y esa herida no termina de curar. Finalmente Arthur, pese a tenerlo todo vive insatisfecho, hace tres dias se entero que tres de sus compañeros de promoción consiguieron trabajos y ganaran un poco mas de dinero que el, hoy hable con el y por lo que me comentaba parte de su conflicto radica en que se compara con personas de su mismo nivel y en ocasiones se fastidia de porque el no alcanza los logros de sus amigos, no dandose cuenta de que muchos de sus amigos no tienen siquiera empleo.

No tengo posición para criticarles por su actitud frente a la vida, cada uno decide cual sera esta y encara la vida en consecuencia. Pero si creo que la riqueza de la formación que uno recibe en casa o en la Milicia es fundamental para vivir las circunstancias que nos toque vivir con alegría y esperanza. Si, muchas veces la iglesia tiene gruesos errores, pero como dijo un arzobispo francés frente a Napoleon, “ni nosotros hemos podido destruir la iglesia, no creo posible que tu lo logres”. Los valores que la iglesia universal promueve están muy por encima de todas nuestras miserias humanas, nos toca orar, persistir, construir una Milicia mejor, ser mejores hijos, buenos estudiantes, honestos trabajadores. No importa donde estés, esos valores son universales, tu, yo, todos lo podemos llevar a la practica en nuestras vidas.

Te invito a que lo hagas. Si, yo también lo intento cada dia, y a veces no funciona, pero sigo tratando, eso es lo que aprendí de la Milicia y que llevo conmigo “no te canses nunca de estar empezando siempre”.

Que hayan tenido una Hermosa navidad, y que Dios bendiga a sus familias en el año que esta por venir. Unidos en la Milicia.

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Escribe: Dario Medina

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