lunes, 16 de agosto de 2010

Noticias de Vicente desde Burgos

Queridos Amigos:

Ye estoy de nuevo en España. El viaje ha sido con una escala de casi 12 horas en Guayaquil, pero que ha tenido un encuentro interesante, por el que creo que he ayudado a otros de forma importante.

A la llegada me esperaban mi hermano y un amigo que me llevaron al bus de Burgos. El viaje empezó a las 7pm y a las 9:05 se ocultaba el sol. Hay que tener en cuenta que estamos 2 horas adelantados sobre el horario normal.

Llegué a las 10. Allí me esperaba otro, llamado Chemi que me llevó a una cena con antiguos militantes que ahora tienen unos 21 años. En total fuimos 8.

A la mañana siguiente, rumbo al pequeño pueblo de La Nora, en León, donde me reencontré con todos los Cruzados. Como veis todo con sabor de amistad y de hermandad. Esta mañana de nuevo he jugado al fútbol. Una especie de milagro que se sigue produciendo. Por supuesto sacaba varios años al siguiente jugados. Demos gracias a Dios.

Mañana hay un acto importante de la Cruzada y a continuación nos vamos de ejercicios y empieza el reino del silencio y el contacto con Dios.

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Escribe: Vicente Guillén

domingo, 8 de agosto de 2010

Campamento en Arequipa - Uchumayo

Whooo que Experiencia. Campamento en Arequipa. La Ciudad Blanca como le llaman. Bueno este campamento era especial porque no lo hacíamos ni en Lima, ni en Cieneguilla, era en Arequipa con gente que no conocía y que con el pasar de los días iba conociendo y me pareció una gente muy buena, amistosa, alegre, divertidos y muy inteligentes los chicos de la Milicia de Arequipa.

El viaje de Arequipa fue un poco pesado, 20 horas de viaje, cansadísimo al llegar, pero con fuerzas porque comenzaba el reto. Nos fuimos a Uchumayo un pequeño pueblo que está a una hora en carro de la casa de la Milicia, Desde que llegamos nos trataron con mucha servicialidad, el señor encargado de la casa de quien no recuerdo el nombre, pero nada, muchas gracias porque siempre estuvo ahí para mostrarnos su apoyo en lo que faltaba, al igual que el Padre que fue muy atento con los jóvenes y nos hizo un gran favor de hacer lo misa todos los días de campamento, que más se puede pedir??, mil gracias padre y hno. de la casa.

Bueno lo más hermoso fue el trabajo de equipo de las escuadras, fueron cuatro: Juan Pablo II, San Martin, Santo Domingo y San Agustín. Siendo Juan Pablo II la escuadra ganadora del campamento. Pero al final fueron todos ganadores. Porque solos los valientes están en un campamento y mucho mejor si es de la Milicia de Santa María, como decía Luis Ancco en una de las charlas de las asambleas. Que solo los hombres están en la Milicia, donde uno viene decidido y si no le gusta que se vaya porque esto solo es para hombres que buscan su superación.

Qué hermosa fue la experiencia de la caminata, me acuerdo bien el silencio que se demostró al subir el cerro, y la constancia de subir, bueno confieso que por momentos decía no puedo más, comenzaba a sentir el efecto de la altura, pero al ver a los demás subir y la alegría que demostraba, me motivaron a seguir y no rendirme, llegando al lugar indicado donde encontramos una cascada donde nos divertimos un rato y tomamos una foto (fue una experiencia que marco a muchos chicos).

También las reuniones de asambleas con Vicente y sus charlas, me acuerdo bien del tema: No quejarse, el que más me gusto, no quejarse ante los problemas sino poder enfrentarlos. También el tema de los talentos, que Dios te da y que tienes que aprovecharlo y saber compartirlo.

El fuego de los campamento no se quedo atrás. Cada día fue mejor que otro, los Sketchs, muy buenos: Los Soldados, el Colegio, el Niño Malo y el Chapulín Colorado. Y el Rap de Jhon con Maiquito Ken, en compañía de todos los escuadristas, un mate de risa.

Cada día de campamento fue de superación. Los pitazos para despertarse, la revista, el rosario por las tardes, y el examen de conciencia, cosas importantes que uno tiene que llevarse para el verdadero campamento y el más largo de todos, el CAMPAMENTO DE LA VIDA.

Por eso y todo: gracias Arequipa por habernos regalado esa oportunidad de vivir el campamento. Gracias Vicente, Juan Luis, Luis Ancho y Jóvenes de la Milicia de Arequipa. Fue Una experiencia inolvidable y muy hermosa que me llevo a Lima. Con el deseo de volver en otra ocasión.

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Escribe: Jhon Villafuerte

Caminata a Cieneguilla: El testimonio de Iván


El Domingo 8 los militantes mayores de la Milicia de Santa María emprendimos una caminata a Cieneguilla, y de esta manera recomenzar una actividad propia de la Milicia como grupo de mayores.

Cuando hablo de mayores, me refiero a todos los que ya no son colegiales o universitarios de los primeros años. En este grupo estamos todos los que ya hemos comenzado a afrontar la vida con todas sus exigencias: trabajo o estudio, o ambas cosas. Aquellos que tenemos obligaciones económicas personales y para la familia. También, aquellos que están organizando su vida con un proyecto matrimonial, o que ya están casados, o que quieren vivir una soltería comprometida. Es el amplio mundo que la Milicia comienza a abarcar con todos sus retos. Porque militante se es toda la vida, aunque hay etapas que necesitan una especial manera de vivir.

Precisamente, al terminar la caminata, José Antonio, nos dirigió una palabras en este sentido y que así las he entendido y que espero que todos los mayores la asuman para ser verdaderos ejemplos para los muchachos que están empezando en la Milicia.

Las experiencias que tengo que poner en común las puedo unir a las de Sandro. Creo que en la actualidad somos privilegiados de tener la posibilidad de gozar un día de la naturaleza, y en nuestro caso gozar de ella con Dios en nuestros corazones ¡Quién si no es Él quien nos puede hablar de su obra!

Para mi ha sido muy grato también, comprobar una vez más la calidad de amigos que tengo en la Milicia. Sin duda, otro motivo de agradecer a Dios que me junta con gente buena que me ayuda a ser una persona mejor y sobre todo un cristiano mejor.

Esto me hace caer en la cuenta que la organización de la Milicia se convierte así como la organización de una familia. Sabemos reconocer y obedecer a un guía o responsable. No necesitamos a una “mama” o a un “papa” pendiente de lo que se hace o no se hace, estamos pendientes de cumplir todo los cometidos y aceptamos las correcciones, que vienen a pelo sobre todo después de los hechos.

En este sentido, me ayudó mucho que el grupo cumpliera con los cuatro puntos cardinales: 1) una reunión previa a la caminata, para alentarnos y recibir advertencias. 2) el silencio durante la ascensión. 3) la reflexión en la cima de la montaña y 4) una reunión para intercambiar experiencias.



De alguna manera, me siento obligado a compartir las experiencias de mi caída durante el descenso. Agradezco a Wilson que impidió que siguiera rodando y también a todos los que después me ayudaron a bajar. Aunque no pasó nada grave, sin embargo, algo por dentro me impulsaba a no abandonarme al dolor y al desánimo. Me levanté rápidamente y participé de las bromas que se suscitaron en ese momento y en nada obstaculicé el normal desarrollo de la Caminata. Sin embargo, creo que es importante reconocer la necesidad de una organización un poco más compleja, que ya se observan en nuestros campamentos, pero que debe ser una práctica obligada: Ocuparse de la seguridad del sitio, también de la evacuación. Tener un botiquín (por la higiene no digo nada porque fue escrupulosa). Recodar normas para escalar. Preocuparse por los cantos y juegos de recreación en que todos podamos participar. Creo también que debería proponerse, hasta donde sea posible, una manera uniforme de vestir, que nos ayudaría a visualizarnos como grupo (también desde el exterior). Aclaro que lo antedicho no cuestiona la manera cómo se llevó nuestra Caminata, más bien estoy convencido que a pesar de algunas deficiencias, la Caminata fue muy bien llevada y organizada y a todos nos ha dejado una huella imborrable de camaradería y de convivencia cristiana.

También estoy convencido, que esta es nuestra peculiar manera de evangelizar y de profundizar nuestra fe cristiana.


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Escribe: Iván Landa

sábado, 7 de agosto de 2010

La Marcha de los Laicos - Caminata a Cieneguilla

Habíamos tenido en la noche anterior una cita con Jesús Eucaristía, pidiendo por esta caminata de militantes profesionales, así que nos pusimos en marcha Felipe, Jorge, Leonidas, Wilson, Sandro, Iván y José Antonio, asimismo nos acompañaban espiritualmente Martín, Jhony, Michael, y demás militantes, partimos en la combi móvil y después de unos afinamiento de voz cantándole a la vida, temas como ojos azules, poco a poco, montañero, yubi, alma corazón y vida, etc. llegamos a Cieneguilla, cerros de mil batallas del militante, donde muchos de nosotros coincidimos que la naturaleza, el silencio, la amistad es el motor de la Milicia y reencontrarnos con ello, para mí supone salirme de lo cotidiano, la bulla, las distracciones y encontrarme con Dios, conmigo mismo y con el prójimo.

Tanta fue mi ímpetu de empezar que fui uno de los primeros en tratar de llegar pero me fui dando cuenta que se debía mantener un orden, que la voluntad es buena pero la obediencia es mejor, tuvimos dos paradas que me sirvió para tomar aire, reflexionar con mis compañeros amigos y concluí que cada vez me convenzo que la naturaleza no se ha creado de la casualidad; hay una belleza, un orden, el reino animal, vegetal, y el hombre, que como fin supremo de la creación, lo tiene todo para aprovecharlo para su bien y el de los demás. Ha medida que fui llegando a la cumbre me acordé de la homilía del padre Jorge: que los actos pueden ser buenos, pero si no lo hacemos con FE, podemos caer en la monotonía, así que me propuse a mantener el silencio(aunque reconoceré que la fotografía me distrajo mucho) ha obedecer en el lugar que me dieron en la caminata, en fin. Detalles que si los cumples nos haría mejor!! Al fin llegamos a la cumbre, tuvimos la meditación de Felipe, donde nos tocó dos temas de reflexión: que somos parte del cuerpo místico de Cristo y las tentaciones que Jesús pasó en el desierto y si lo paso a mi vida hay muchas cosas que saco, soy militante de la Virgen y tengo un compromiso con Ella, por tanto a imitarla por todo lo que hizo con su hijo, nuestro Señor, y que decir de las tentaciones, lo último fue no asistir a esta caminata por un probable desgarro en la pierna, en fin.


Y cuando bajamos tuvimos más que un obstáculo como en la vida, nos caíamos, habían hasta tres caminos de bajada, no encontramos la salida...en fin pero lo que me compungio fue la caida de Iván en donde si no hubiera sido por la oportuna y providencial asistencia de Wilson, tal vez la hubiéramos estar pasando no tan bien, a Dios gracias no pasó de un gran susto y unos golpecitos en el cuerpo, Iván a seguir cuidando ese cuerpo que nuestro Señor nos ha regalado (ejercicios, caminatas, etc…jejeje).

Terminamos compartiendo la comida (el cuerpo necesitaba ahora del alimento material) como lo que somos, una familia. Regresamos orando el rosario, como una acción de gracias a nuestra Madre, por el cuidado que nos hizo en esta caminata.

Podré decir que las cosas que nos pasaron fue acorde al grupo que llevamos con vaivenes, pero El no cansarse de seguir avanzando siempre, es un lema del P. Morales que lo tengo muy presente, que a veces las apariencias engañan, en el sentido que al inicio de la caminata me parecía difícil y creo que no fue tanto así, y en la bajada creí que era fácil, pero tampoco fue así, en fin, invito a otros amigos a que se atrevan a encontrarse consigo mismo y mucho mas con Dios en la naturaleza que Él nos ha regalado.

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Escribe: Sandro Roy