miércoles, 8 de diciembre de 2010

Vigilia de la Inmaculada: Con María, firmes en la Fe


Este martes 7 se celebró la Vigilia de la Inmaculada, fue
una noche muy especial y el punto final de una campaña que los militantes iniciamos hace un mes, por lo cual adquirió mucho significado para todos los que participamos. Los militantes estuvimos algunos minutos antes de las 8, esperando el final de la misa anterior en la Iglesia de la Encarnación, que ya se ha constituido en el lugar "tradicional" en el que se han llevado a cabo las Vigilias de los últimos años, donde las Madres Agustinas haciendo honor a su título han albergado a sus hijos militantes para darle honores a la Jefa de nuestro movimiento.


Iniciamos a las 8 en punto, ya había medio templo lleno
a esa hora, que fue colmándose a tope a medida que transcurrió la primera hora de la ceremonia. Aperturamos la Vigilia con la entrada de nuestra homenajeada María acompañada de los militantes hacia el altar, donde como una Madre vigilante quedo observando a sus hijos e hijas. Leo dio las palabras de bienvenida y dio paso a Martin para iniciar el Santo Rosario, en el cual, a cada avemaría los participantes dejaban una rosita a los pies de Maria, algunos al dejarla hacían una pequeña oración frente a la imagen, y se notaba el ambiente de amor y reverencia que se iba creando, es factible imaginarse la alegría de
María al recibir cada avemaría, que en la forma de una rosa subía directo al cielo para adornarla en esa noche. Otro detalle fue que en cada misterio, un militante subía para dirigir las oraciones y dar un pequeño testimonio y meditación sobre el significado del misterio en su vida, ahi tuvimos a Leonidas, Eduardo, Marco, Roger y Angel que como representantes de los diversos grupos de Militantes (profesionales, universitarios y juveniles) nos contaron como la Inmaculada ha afectado sus vidas y como ese amor incondicional es uno los motores que le permiten al militante y a cualquier cristiano a poder escoger el camino que Jesús nos ha trazado.


A continuación siguió la intervención de Jose Antonio, que como en tiempos del gran Abelardo, nos dio luces del significado de la importancia del papel del laicado en la Iglesia, y de como la Milicia esta para ayudar a aquellos que son los pobres de los más pobres, los jóvenes, porque están lejos de Cristo y lo necesitan mucho, y si nosotros no hacemos nuestra parte, el mundo se los comerá y los privará de la verdadera felicidad para la cual fueron creados. Fue un llamamiento a todos, a los padres, a los familiares, a los jóvenes, a los mayores, todos estamos en la
misión que nos encomendó el Señor, hacer el mayor bien en la mayor
cantidad, salir de nuestra inercia y dar un paso más. "Perú necesita santos, santos, aquí y ahora" con esta frase y varias referencias al mensaje del Papa, nos recordo nuestra misión como militantes y cristianos, a la que estamos llamados como apóstoles que somos desde nuestro bautizo y especialmente en estas épocas donde tanta falta de Cristo le hace a la sociedad.

Luego vinieron las alabanzas a la Virgen como una antesala a la Santa Misa que fue presidida por Monseñor Adriano Tomasi, que en su mensaje nos recordó porque debemos celebrar a nuestra Santísima Madre como la obra preciosa de Dios y porque debemos
confiar en el dogma de fe sobre la pureza de la Virgen
por ser la madre de Cristo. Así mismo también nos recordó que debemos ser apóstoles de Cristo, tomando a María como modelo, que con su generosa aceptación de la voluntad de Dios, nos permitió la redención a través de su hijo Jesucristo. La homilía completa se puede leer en http://jabenito.blogspot.com/2010/12/dejarnos-guiar-por-la-inmaculada.html



Terminada la Santa Misa, los militantes acompañaron el anda de la Santísima Virgen en una procesión al interior del templo, fue un momento de agradecimiento por las gracias recibidas en esa noche y en toda la campaña, todos los participantes, con aplausos y bendiciones, demostraron gran cariño a nuestra Madre.





Al día siguiente, en el Hogar, los militantes tuvimos la Santa Misa en honor de la Inmaculada y realizamos nuestros compromisos, en los cuales sabemos que en realidad es María la que se compromete con nosotros, pues nosotros podríamos fallar en algún momento, pero ella no fallará, así que con mucho ánimo y alegría, los aceptamos como un premio no merecido y esperamos continuar en nuestro camino de militante tomados de la mano de Virgen y siguiendo el sendero de Cristo.





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Escribe: Felipe Pari

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