domingo, 30 de enero de 2011

Colaborando con la Milicia

Por estos días en nuestra querida milicia, tenemos la visita de dos amigos muy queridos por nosotros venidos de muy lejos (por la distancia), así que un grupo de militantes que no los conocíamos físicamente, aprovechamos el pasado fin de semana, para tener una reunión de confraternidad, donde también fueron invitados el grupo matrimonial.

A primera hora, la Santa Misa fue celebrada por nuestro querido Santiago, destaco la gran homilía que predicó: las bienaventuranzas vividas por nuestra santa madre la virgen María a la luz de los momentos más importante de su vida, desde la anunciación, pasión, muerte y resurrección de nuestro señor. Siempre me dijeron y entendí que viviendo las bienaventuranzas te ganas el cielo, pero a veces se me complicaba, pero al escuchar la homilía y poner como ejemplo a la Virgen….se nos hace más simple, como lo fue ella.

La dinámica de la reunión era hacer una reseña de ¿cómo llegamos a la milicia? ya que lo ameritaba por la presencia del Santiago (fue unos de los primeros cruzados llegados de España hace 25 años, específicamente a Tacna).

Me gusto mucho el testimonio tanto de la esposa de Eduardo Carcausto y de Ángel Santa María, como en un inicio no entendían sobre las actividades que hacían sus respectivos esposos (cuando eran militantes solteros) y que ahora agradecen a la Virgen por su intercesión, para que su matrimonio camine con DIOS quiere, las nuevas actividades que hacen y lo que van aprendiendo e inculcando a sus hijos.

La experiencia de Eduardo Rojas que por una charla del P.Carreira e invitación de algunos militantes llegó y conoció la milicia, a Jorge en una charlas de Ceprofarena e invitado por Álvaro Susin, y Martín que le dijeron que estaría en un campamento y lo llevaron a Quequeña (Arequipa) y hasta hoy nos acompaña…..así podría enumerar a otros...pero mejor les dejo para que ellos mismos lo escriban… a ver si se animan¡¡¡¡

De lo que estoy seguro tanto el P. Santiago como a León Trujillo, les presentaron a la Milicia trabajando en un banco y siempre por una persona, nos contaba León que tuvo la oportunidad de seguir otros caminos de estudios pero dio privilegio a la vocación que el Señor le concedió.

Me parece estas reuniones muy importantes para la familia de Santa María, en diciembre con nuestros padres para la navidad, en enero los colaboradores con nuestros amigos guías venidos de España, y en todos nosotros hay denominador en común: que fuimos invitados por alguien, el alma- alma, por lo que nos han enseñado en al mili...

Se acerca los 50 años de nuestra Milicia, quien sabe llamando a un militante que no viene, un aviso a nuestro vecino, compañero de trabajo de estudio, en fin….celebremos a lo grande y en grande con todas alas personas que conocemos…. Mas, Mas y Más.






La homilia del Padre Santiago:



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Escribe: Sandro Roy Aguilar

lunes, 3 de enero de 2011

Campamento en Santa Rosa de Quives

Queridos amigos:

Hace tres días que terminamos un campamento en Lima. Aunque no le podamos poner un 10 (aquí califican de 0 a 20 y diríamos no podemos ponerle un 20), pero tiene muchas connotaciones positivas. Por ejemplo que el año pasado no fuimos capaces de hacerlo y en este nos fueron 16 chicos nuestros y 5 de una parroquia que nos pidió colaboración. La del artículo anterior del Agustino.

Como yo soy el que lo escribo, ya se sabe que el héroe soy yo, por tanto tengo que enfocar todo como en los currículos: “jolín que bueno que soy”. Pues con el consentimiento del jefe y la confianza puesta en María, me arriesgué a llevar un campamento donde casi todos los chicos eran nuevos en estas tareas, con sólo dos jefes: Manolo T. Amorós y yo. Al final vinieron dos de Arequipa que ya eran veteranos y un subjefe (muy bueno, pero converso en la adultez y que nunca había estado en otra cosa igual) que estuvo casi hasta el final. En todo caso, el montaje de las carpas, ya tuvo su mérito con tan pocos conocedores del tema y el resto del campamento, también.

Enseguida vi que el encuadre que había hecho era defectuoso y lo reformé sobre la marcha quedando el campamento dividido en dos: el de los juveniles, que se desarrolló sin problemas y el de los veteranos que tuvo muchos. En este estaban incluidos los 5 de la parroquia, que luego se quedaron reducidos a 4 por enfermedad de su líder natural. Alguno de ellos tenía una idea un poco idílica y bucólica del campamento y nos costó trabajo aunar las dos visiones. En esos momentos de división yo era jefe de todo y subjefe + subjefe de puntuaciones de la sección de los veteranos, Wilson subjefe de los juveniles y Manolo las puntuaciones de estos. Como el campamento fue muy cortito, de lunes a sábado, esto me duró pocos días.

Las actividades fueron las típicas. En España hay 3 días de campamento volante en Gredos y aquí tuvimos una caminata de uno en un sitio estupendo, que ahora les cuento. Estábamos viviendo en la estrecha zona intermedia entre el mar y los Andes, en la explanada de un santuario de Santa Rosa de Lima a 1.100m. sobre el nivel del mar. Tomamos un autobús y por una “carretera” de tierra subimos hasta un pueblecito llamado Collo, a 2.200. Desde allí bajamos en picado hasta el río, unos 200m. e intentamos descender por las chacras del mismo y sus riveras hasta un cierto sitio a donde nos iban a llevar el almuerzo. Pero no pudimos. Nos tuvimos que regresar. Pero no íbamos a ser tan pescaitos que lo hiciésemos por el mismo camino. Nos aventuramos por otro sitio y efectivamente lo conseguimos. Fue una mañana preciosa. De nuevo en la carretera fuimos bajando hasta llegar al punto “A” de almuerzo, donde nos esperaban. Solo llegamos con media hora de retraso. Como incidentes dignos de resaltar a dos de los grandes les empezó a doler la cabeza y se quejaban mucho. Me pareció extraño y los dije que volviesen a Collo, donde había posta médica. Les di plata y les diagnosticaron “soroche”. Un par de pastillas dormitivas a cada uno, bajarse en carro y a soñar en la carpa de 2 a 7 de la tarde. En el carro que me llevó la comida se bajaron otros dos quejiques. Uno de ellos fue al médico y tenia inflamación de la garganta: pastillas, inyecciones y nuevo. El otro parecido.

La anécdota cumbre fue la de la escalada. El grupo de los veteranos hicieron algunas actividades diferenciadas, entre otras el ascenso a un cerro que tiene una cruz en la cima. Los del pueblo me decían que era muy asequible y que se tardaba sólo una hora. Allá se fueron con un subjefe. Yo les acerqué hasta un camino de tierra que a su costado salía la senda que habíamos visto desde el campamento y que llevaba a la cruz. Pero a la hora de la verdad no la vieron y pasaron de largo, hasta que hartos de caminar decidieron subir a la cima estrenando un camino que se iban inventando sobre la marcha. Nunca lo hubiesen hecho. Después de un tiempo recibí una llamada: “Vicente, ya no podemos subir más, está muy parao y tampoco somos capaces de bajar. La gente está muy nerviosa. Llama a la policía de rescate”. Eso hice pero les anoté que estábamos a dos horas de Lima más lo que tardasen en encontrarlos y en subir, así que se podían sentar a esperar por lo menos 3 horas. En ese lapso de tiempo, se tranquilizaron un poco se encomendaron a la Virgen y al final bajaron ellos solos. Yo llamé tres veces al teléfono de emergencias policiales, a donde había llamado antes, para decirles que ya no viniesen y no me lo cogieron. ¿Y la policía de rescate, y el helicóptero…? No sé, nunca los vi.

Todos los implicados salieron muy devotos de María y les sirvió para estar encantados y con la autoestima por las nubes.

El final del campamento, todos contentos y seguro que Jesús también.

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Escribe: Vicente Guillén

sábado, 1 de enero de 2011

Adiós 2010, Hola 2011

Aperturando el 2011, los militantes despedimos el 2010 con nuestra reunión de compartir y contemplación de fin de año, la cual incluyo la Santa Misa celebrada en la Iglesia del Sagrado Corazón de María (la cúpula de Sucre), luego tuvimos la cena de fin de año y vimos el documental "La Última Cima" sobre la vida y trascendencia del Padre Pablo Dominguez, un sacerdote ejemplar, que aparentemente no tenía nada de extraordinario, pero muchos de lo que lo conocieron podrían atestiguar de que sí, acá se pueden observar los cinco primero minutos de la película: http://www.laultimacima.com/. Es una historia que llena de optimismo e inspira a seguir y luchar por lo que es bueno, por lo que Cristo nos dejo y que la Santa Madre Iglesia, a través de los sacerdotes, nos permite alcanzar. Así mismo anima al espíritu a dar un paso más en el camino de la santidad y no tener miedo en seguir a Cristo. Nos sirvió mucho para la posterior meditación sobre el papel que tenemos cada uno como apóstol de Jesucristo y también para agradecer por los dones que él nos ha regalado al conocerle.

Posteriormente hicimos la Hora Santa, ayudados por unas reflexiones preparadas por Iván, para meditar sobre como hemos ido construyendo nuestro camino a la santidad en el último año y como podremos continuarlo en este que inicia.

Al día siguiente, luego de un breve tentempié, nos dirigimos nuevamente a la Iglesia del Sagrado Corazón de María para la Santa Misa, saliendo, fuimos invitados por un señor, amigo de José Antonio, a visitar su casa, pues él es el descendiente vivo más próximo del poeta César Vallejo, y tiene en su casa un pequeño museo en honor a él, ahí pudimos escuchar las declamaciones de Piedra Blanca sobre Piedra Negra y los Heraldos Negros, así como observar las variadas fotografías familiares del poeta y oír un poco de la historia del poeta y su relación con la casa a la que fuimos invitados.


A continuación enrumbamos hacia el norte, nuestro destino eran las Lomas de Lachay. En el camino por la carretera que lleva a Ventanilla, decidimos pasar por la parroquia de Las Bienaventuranzas, que tiene una capilla de adoración perpetua al Santísimo, en la que pasamos algunos minutos con Jesús.



Continuando con nuestro camino, y muchos kilómetros y villancicos después, finalmente llegamos a las Lomas de Lachay, una reserva en medio del desierto que cuenta con una variada fauna y flora, que llega a su esplendor entre los meses de setiembre a noviembre, en esta ocasión la vimos un poco seca, pero igual valió la pena, pues la caminata que tuvimos ahí fue muy enriquecedora, pues pudimos meditar, los puntos dados en la charla inicial, sobre la vida sacramental, basada en la confesión y la comunión. La caminata duró aproximadamente una hora y media hasta la cumbre, a la cual llegamos todos cada uno a su velocidad, cabe mencionar, lo inspirador que resulto ver a Manolo avanzar con un pasito adecuado y seguro hasta finalmente llegar a la misma cima, con aspecto firme y fresco.

En la cima tuvimos la meditación sobre la oración, cada uno dio su punto de vista sobre esta práctica tan básica del cristiano, en la que se coincidió que no es un acto meramente racional ni que puede escapar a las distracciones, pero lo que si es, es que es un momento en que se entrega y presenta uno a Dios tal como se encuentra en ese momento, esperando e intentando comunicarse con Él o simplemente tratando de pasar un rato con Él, algo en lo que también se coincidió, es que es parte imprescindible del camino a la santidad y es como el alimento que se necesita para poder recorrerlo.





El retorno de la cima fue sereno, también cada uno a su velocidad, abajo disfrutamos del almuerzo con una competencia de refranes, aderezado por el ingenio y el buen humor infaltable en el grupo.

Finalmente se hizo la charla final con impresiones de cada militante sobre esta primera experiencia del 2011 y sobre las meditaciones que se fueron realizando. Fue el fin de un buen inicio en el camino del militante en este nuevo año.

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Escribe: Felipe Pari